Ha muerto Marianne Faithfull. La musa británica de los años sesenta, la cantante y actriz que fascinó a toda una generación, la diva que movió los corazones de Mick Jagger, Keith Richards y Alain Delon falleció este jueves 30 de enero en Londres, a los 78 años de edad. Una leyenda más de la época dorada de la historia del rock ha partido y con ella se va un fragmento más de esa historia.
Marianne Evelyn Gabriel Faithfull nació el 29 de diciembre de 1946 en Hampstead, Londres. Su carrera artística surgió en los míticos años sesenta y aunque luego fue un tanto olvidada, cientos de miles de sus contemporáneos la conservaron en su memoria. Conocida por su intensa y accidentada relación sentimental con Mick Jagger y por ser una figura central en la cultura del llamado swinging London, la inglesa dejó una marca indeleble tanto en la música como en el cine.
Faithfull comenzó su carrera musical en 1964, a los 17 años, cuando interpretó “As Tears Go By”, una canción escrita por Jagger y Richards para los Rolling Stones. Este sencillo la catapultó al estrellato y laconvirtió en una de las figuras más reconocidas de la llamada invasión británica. Su voz suave y melódica y su estilo entre ingenuo y sensual la convirtieron casi de inmediato en una musa del rock y de la moda de la época. Se cuenta por cierto que inicialmente y antes de grabarla con los Stones, al componer la pieza Jagger y Richards pensaron en Faithfull como la intérprete ideal.
Una de las historias más famosas de su juventud aconteció en 1967, cuando la policía irrumpió en la casa de Keith Richards en Sussex y encontraron a Marianne envuelta nada más que en una manta de piel de leopardo, lo que provocó un escándalo en los medios y un juicio por posesión de drogas contra Jagger y Richards. Esta anécdota no sólo marcó la percepción pública de Faithfull sino que también se convirtió en parte de la leyenda de la artista.
Pero ella no sólo destacó en la música; también incursionó en el cine y apareció en películas como I’ll Never Forget What’s’is Name (1967), The Girl on a Motorcycle (1968) y la shakespeareana Hamlet (1969), en la que interpretó el papel de Ofelia. Sin embargo, sus relaciones personales, especialmente con Jagger, marcaron su vida pública y privada de manera significativa.
Cuando se separó del vocalista de los Rolling Stones, Faithfull cayó en una espiral de adicción a las drogas que la llevó a vivir en la calle y a luchar contra problemas de salud como la anorexia. A pesar de estos descalabros existenciales, su regreso a la música en 1979 con el álbum Broken English fue aclamado por la crítica especializada, al sorprender con una sorpresiva voz más áspera y madura que reflejaba su vida tumultuosa. El disco le valió una nominación al Grammy y marcó su renacimiento artístico.
En los años ochenta, grabó la composición “Ne Me Quitte Pas” del chanteur francés Jacques Brel, con unainterpretación tan emotiva que muchos la consideran uno de los mejores covers de la canción. Durante una grabación en 2002 para su álbum Kissin Time y aún convaleciente de un tratamiento de hepatitis C, grabó “Sex with Strangers” en una sola toma, lo que mostró su inquebrantable espíritu artístico.
Faithfull era conocida por su gran ingenio y franqueza. En una entrevista, al ser cuestionada sobre su larga historia de relaciones sentimentales y adicciones, respondió con humor y cierto misterio:
He tenido una vida maravillosa. No cambiaría nada, excepto tal vez la década de los setenta.
A lo largo de los años siguientes, Marianne continuó explorando nuevos géneros musicales y colaboró con músicos de renombre como Nick Cave y Metallica. Publicó varios álbumes, escribió tres autobiografías (Faithfull: An Autobiography, Memories, Dreams & Reflections y Marianne Faithfull: A Life on Record) y participó en proyectos cinematográficos y teatrales. Su capacidad para reinventarse y su resistencia frente a la adversidad la convirtieron en un símbolo de supervivencia y creatividad.
También fue reconocida por su aporte cultural yrecibió el World Lifetime Achievement Award en 2009, siendo nombrada Commandeur de l’Ordre des Arts et des Lettres por el gobierno francés en 2011.
Su legado se ve reflejado no sólo en su música y sus actuaciones cinematográficas, sino también en cómo inspiró a nuevas generaciones de artistas y activistas.
Marianne Faithfull no fue únicamente una figura del rock y el cine; fue una narradora de la vida moderna, una sobreviviente de sus propios excesos y una artista que no dejó de evolucionar; fue una mujer compleja y talentosa que siempre encontró un camino para expresarse por medio del arte, una voz importantísima de su generación. Su muerte ha marcado de algún modo el final de una era, pero su legado artístico y personal continuará resonando al dejar un testimonio de cómo la creatividad puede florecer incluso en las circunstancias más adversas.